Esta entrada puede ser de utilidad para todas aquellas personas que persiguen este sueño, que les gustaría hacer la residencia de matrona, o que quieren saber más del mundo enfermeril.
Me remonto un año atrás para empezar a contestar los porqués de estar ahora donde estoy.
Una amiga me habló que una chica en Sanse abriría su propia academia de preparación al EIR (enfermera interna residente), y que iba a ser en grupos pequeños y con un seguimiento al alumno desde cerca. Puse en la balanza mi situación en ese momento, no tenía nada que perder, sino mucho que ganar. Tener una especialidad de enfermería ayudaría a enfocar estos años de trabajo, el máster, y a la larga, quien sabe si más trabajo.
Así que vinieron meses de estudio-trabajo y vicerversa. Si me preguntáis qué hay que hacer para aprobar este examen no os voy a dar fórmulas mágicas, no las hay. Para mi la clave ha sido sentirme apoyada y motivada, porque eso ha hecho que dedicara la mayoría de mis horas de tiempo libre. Estudiar, entender, leer, hacer test,…pero tampoco obsesionarse. Ir a la academia me vino genial porque era el lugar donde desahogarme y compartir la experiencia con gente que estaba viviendo lo mismo que yo.
Cuando hice el examen, no salí con sensación de haberlo hecho genial, ni con ninguna seguridad de tener plaza. Desde el día 1 de febrero hasta el 28 no salieron los resultados provisionales. Ese mes fue incluso peor que el previo al examen, pues la incertidumbre me comía. No hacía más que mirar en internet páginas de academias donde mirar resultados, foros donde la gente hacía cábalas de si tendrían plaza o no.
El día 28 a las 24 h se enteró todo el vecindario de que tenía número de orden y que estaba dentro del cupo para hacer la residencia de enfermería. El 25 de marzo, tras los resultados definitivos, saqué billete a Madrid con mi lista de prioridades de lo que elegiría, en qué ciudades; después de haber taladrado a mi pobre novio cada día mirando en internet hospitales, unidades, unidades docentes…
EL mítico Ministerio de Sanidad |
Y el día 10 de Abril, allí estaba, sentada en el auditorio del Ministerio de Sanidad, tachando de mi lista de prioridades todo lo que iba saliendo de enfermería pediátrica y comunitaria. Ni me planteaba Matrona, pensaba que con mi número de orden no llegaría ni por asomo. Pero esto de planear tanto al final no sirvió de nada. A poco menos de 50 números para que me tocara subir a esa tarima, vi que quedaban veintialgo plazas de matrona, y que esa opción que casi estaba enterrada, se vislumbraba de nuevo. Momentos de nervios, whatsap, consultas por internet…y al final, matrona. Di un salto al bajar de la tarima a los asientos, una risa floja, y ganas de abrazar a todo el mundo.
Yo, ¿Matrona?. Una alegría poder gritarlo a los cuatro vientos, poder soñar de nuevo con ser matrona, formarme con ilusión y ganas, verme trabajando de esto.
primera foto al salir del ministerio |
La verdad que muchas personas creyeron más en mi que yo misma. Una amiga de Sanse me regaló mi primer libro sobre obstetricia antes de que salieran los resultados,mi familia fue ese apoyo diario de motivación, mi novio ha tenido mucha paciencia conmigo y desde que estaba estudiando me decía que sería la mejor matrona del mundo. Algo que he aprendido en este tiempo es que no hay que infravalorarse, a veces una inyección de autoestima y de reconocer lo que uno hace bien sirve para seguir adelante con más fuerzas. Gracias amigos, amigas, familia, Javi…gracias.
¡¡Un saludo y gracias por la acogida de la primera entrada!!
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